A pesar del fuerte impacto de la inflación, la riqueza conjunta de los cinco hombres más ricos del mundo se ha más que duplicado desde 2020, pasando de 405.000 millones de dólares a 869.000 —unos 14 millones de dólares por hora— mientras que la riqueza acumulada del 60% más pobre (casi cinco mil millones de personas) ha disminuido, según el nuevo informe de Oxfam Intermón sobre desigualdad y poder global de las grandes empresas. De seguir así, el mundo tendrá su primer billonario dentro de una década, aunque la pobreza no será erradicada hasta dentro de 229 años.
El informe Desigualdad S.A., revela que siete de las diez empresas más grandes del mundo tienen a un milmillonario como director ejecutivo o accionista principal. El valor de mercado conjunto de estas empresas es de 10,2 billones de dólares, cifra que supera el PIB combinado de todos los países de África y América Latina.
Estamos viviendo el inicio de una década de creciente desigualdad, en la que miles de millones de personas se enfrentan a los efectos económicos de la pandemia, la inflación y la guerra, mientras las fortunas de los milmillonarios crecen desorbitadamente. Esta desigualdad no es ninguna casualidad; los milmillonarios se aseguran de que las grandes empresas generen más riqueza a costa del resto de la población. Y lo estamos normalizando […] Franc Cortada, director general de Oxfam Intermón.
El aumento desmesurado de la riqueza extrema de los últimos tres años se ha consolidado, mientras que la pobreza mundial continúa en los niveles registrados antes de la pandemia. En términos reales, la riqueza de los milmillonarios se ha incrementado en 3,3 billones de dólares desde 2020, a un ritmo tres veces mayor que la inflación.
A pesar de representar solo el 21 % de la población mundial, los países ricos del Norte global poseen el 69 % de la riqueza mundial, y concentran el 74 % de la riqueza milmillonaria del mundo. Nueva forma de colonialismo?
La propiedad de acciones beneficia desproporcionadamente a los más ricos. El 1 % más rico posee el 43 % de los activos financieros globales. Este 1 % posee el 48 % de la riqueza financiera en Oriente Medio, el 50 % en Asia y el 47 % en Europa.
Privatizando los servicios públicos
En todo el mundo, el poder empresarial presiona incesantemente al sector público, mercantilizando y segregando el acceso a servicios vitales como la educación, el agua y la atención médica, a menudo mientras las empresas disfrutan de importantes ganancias respaldadas por los contribuyentes. Esto puede socavar la capacidad de los Gobiernos para prestar este tipo de servicios públicos, universales y de alta calidad que tienen el potencial de reducir la desigualdad.63 Es mucho lo que está en juego. Los servicios básicos suponen industrias de billones de dólares e inmensas oportunidades para generar ganancias y riqueza para los ricos accionistas.
El Banco Mundial y otros actores de la financiación del desarrollo han priorizado la prestación de los servicios por parte de actores privados, tratando los servicios básicos como activos y utilizando dinero público para garantizar los rendimientos de las empresas en lugar de los derechos humanos. Las firmas de capital privado se están apoderando de todo, desde los sistemas de abastecimiento de agua hasta los centros de atención médica y las residencias de mayores, en medio de una letanía de preocupaciones sobre sus deficientes e incluso trágicos resultados.
La privatización puede impulsar y reforzar las desigualdades en los servicios públicos esenciales, afianzando las brechas entre ricos y pobres, excluyendo y empobreciendo a quienes no pueden asumir ese gasto, mientras que aquellos que se lo pueden permitir acceden a una atención médica y una educación de calidad. La privatización también puede impulsar las desigualdades por motivo de género, raza y casta. Por ejemplo, Oxfam pudo constatar que, en India, las personas de casta dalit tienen que hacer frente a unos costos de atención médica privada que no pueden pagar; así como a la exclusión de la educación por motivos económicos, y a una discriminación manifiesta en ambos sectores.
Impulsando el colapso climático
El poder empresarial está impulsando el colapso climático, causando a su vez un gran sufrimiento y exacerbando las desigualdades, también en cuanto a raza, clase y género. Muchos de los milmillonarios del mundo poseen, controlan, diseñan y se benefician económicamente de procesos que emiten gases de efecto invernadero, y por tanto, salen ganando cuando las empresas bloquean el progreso hacia una transición rápida y justa, cuando niegan y tergiversan la verdad sobre el cambio climático y cuando silencian y humillan a quienes se oponen a la extracción de combustibles fósiles.
En España
Oxfam Intermón denuncia que, en 2022, el 10 % más rico de la población de nuestro país concentraba más de la mitad del valor de la riqueza. El 1% más rico acaparaba el 22 % de esa riqueza, mientras que el 50% de los hogares más pobres apenas llegaba al 8 %.
El informe analiza cómo 50 de las principales empresas españolas contribuyen a agravar las desigualdades. La concentración extrema en sectores clave, como el eléctrico, donde un reducido número de actores domina hasta el 86,1 % del mercado, o el bancario, propicia comportamientos contrarios a los intereses de la mayoría de la ciudadanía.
Los datos nos muestran una distribución desproporcionada con energéticas y bancos registrando crecientes beneficios, traducidos en retribuciones millonarias a accionistas y altos ejecutivos, mientras que 14 millones de personas en nuestro país ven cómo han aumentado los costes de su hipoteca y 17,1% de personas no podía permitirse mantener su casa caliente […] señala Cortada.
A pesar del aumento del 16 % en los beneficios, estas empresas apenas contribuyen al crecimiento del empleo, evidenciando una desconexión entre ganancias y generación de empleo a nivel nacional.
Sin embargo, se han incrementado significativamente los sueldos medios de los miembros del consejo de dirección del conjunto de grandes empresas analizadas: aumentó un 19 % entre 2021 y 2022 y un 45 % desde 2020, mientras que el salario medio de estas empresas subió un 8 % en 2022 y apenas un 9 % desde 2020. En promedio, una persona trabajadora de estas empresas tardaría 91 años en ganar lo que el primer ejecutivo gana en un solo año.
Un mundo cruel para la inmensa mayoría de las personas, sobre todo para las mujeres
Para la mayoría de las personas en todo el mundo, el inicio de esta década ha sido tremendamente difícil. En el momento de escribir este informe, 4.800 millones de personas son más pobres hoy que en 2019. Para las personas más pobres (generalmente mujeres, personas racializadas y grupos excluidos de la sociedad), la vida cotidiana se ha vuelto aún más difícil. La desigualdad mundial, es decir, la brecha entre el Norte y el Sur global ha crecido por primera vez en 25 años.
Por otro lado, la desigualdad de género persiste en estas empresas, con las mujeres ganando un 15 % menos que sus colegas masculinos en promedio.
No tiene por qué ser así: defendamos una economía que esté al servicio de todas las personas, cómo?
- Revitalizando el Estado
- Regulando el sector privado
- Reiventando el sector empresarial
Este informe sugiere maneras concretas, probadas y prácticas de hacer que la economía funcione para el conjunto de la población. Puedes leerlo y descargarlo aquí en PDF