Hagamos un trato amigos

El tener que decir unas palabras siempre es complicado, pero si encima a las personas que esta noche se las queremos dedicar, con esa capacidad excepcional para hablar y escribir  y la importancia que tienen para esta asamblea y para la que habla, pues se convierte en una tarea casi imposible.

Antonio y Antonia, maestro y maestra, no sólo de  profesión si no de nuestras vidas. Sois referentes para todas las personas que nos encontramos esta noche aquí, pero sé que como estas palabras salen del corazón perdonaréis cualquier error.

Compañeros y compañeras quizás no sabéis que tengo la gran suerte de que me han acompañado durante toda mi vida, amigos de los de verdad de mis padres y han estado presentes durante toda mi vida. Soy una de vuestras niñas, de las que Antonio nos iba a cambiar por una pareja de palomos. Pero fuera broma, en el ámbito político junto por supuesto a mis padres, a varios Juanes sin olvidar a ese perote ardaleño Calderón y vosotros, sois pilares fundamentales. Es un poco injusto que justo ahora que soy la coordinadora nos toque teneros que dejar volar, aunque espero que sólo sea un cambio de árbol, quizás un poco más lejos, pero que siempre podamos recurrir.

Aunque parezca mentira, desde que empecé por primera vez en una lista de esta formación han pasado ya 19 años, han pasado muchas cosas y varios ciclos, pero sois de las pocas personas que desde dentro, pero desde la distancia adecuada, nos aconsejáis y nos apoyáis. Siempre desde una empatía excepcional de los que saben la responsabilidad a veces tan ingrata que se tiene en esta organización, aportando vuestras experiencias nunca recriminando.  Ahí estáis para apoyarnos y valorar todo el trabajo. Hacéis que de los errores aprendamos y que de nuestras virtudes nos fortalezcamos.

Así que para poder acabar estas palabras, voy a recurrir a Mario Benedetti y Hagamos un trato

Compañera usted sabe que puede contar conmigo
no hasta dos ni hasta diez sino contar conmigo.

Si alguna vez advierte que la miro a los ojos
y una veta de amor reconoce en los míos
no alerte sus fusiles ni piense qué delirio
a pesar de la veta o tal vez porque existe
usted puede contar conmigo.

Si otras veces me encuentra huraño sin motivo
no piense qué flojera igual puede contar conmigo.

Pero hagamos un trato, yo quisiera contar con usted.
Es tan lindo saber que usted existe
uno se siente vivo
y cuando digo esto quiero decir contar
aunque sea hasta dos aunque sea hasta cinco
no para que acuda presurosa en mi auxilio
sino para saber a ciencia cierta
que usted sabe que puede contar conmigo.

Virginia Blanco Rengel – Coordinadora IU Álora

 

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