Una antigua y conocida frase latina que dice:
Mens sana un corpore sano»
describe muy bien el objetivo primordial de un grupo cada vez mayor de personas.
El ser humano es lo que de si mismo piensa en el fondo de su ser.
Raramente podemos observar entre los que nos rodean una sonrisa libre de toda preocupación que muestre una actitud o pensamiento afirmativo frente a la vida, muchas personas aparecen descontentas, amargadas o deprimidas porque casi nunca hacen uso de la fuerza curativa del optimismo. En realidad llegaremos a ser felices cuando haya un » ESTADO DEL BIENESTAR» para todxs. El acceso a la salud, el acceso a la educación, los servicios sociales, la vivienda, las pensiones…
Los gobiernos democráticos apuestan más bien por los principios de igualdad ante la ley contemplados en acuerdos internacionales de derechos humanos, a su vez heredados de la » LIBERTAD, IGUALDAD y FRATERNIDAD» reclamados durante la Revolución Francesa.
Un país democrático relegitima periódicamente sus autoridades para asegurarse de que sean siempre representativas de la voluntad de la mayoría. Las elecciones deben ser libres y no estar sujetas a imposiciones privadas de ninguna índole.
Es necesario antes de votar que a través de la prensa libre el ciudadano sea perfectamente informado.
La libertad de prensa y de información son fundamentales para una democracia saludable y nunca silenciar las voces que puedan resultar incómodas o poco convenientes para el análisis de la ciudadanía…
La DEMOCRACIA se afianza en el respeto sin distinción de LOS DERECHOS HUMANOS, fundamentales para la pacífica convivencia, siendo indispensable que haya primero un Estado pleno de Derechos.
Por eso hoy más que nunca no podemos dejar de votar, el sufragio, votar libremente, es un derecho y un deber de cada ciudadano.