La verdad es que no voy hablar de fútbol en sí, porque en realidad es un deporte que nunca me ha gustado, pero lo curioso es que me he tragado mundiales y partidos junto a familiares y amistades para verlos, porque era la “quedada”, y en el caso del mundial femenino no ha habido esa pasión por la roja y afición futbolera tan “rimbombante” que hay en nuestro país de banderas y bufandas en todos los lugares públicos y privados. Estas jugadoras han tenido que llegar a la final para captar la atención de un país que miraba como siempre a otro lado.
El feminismo es un impertinente. Es muy fácil hacer la prueba. Basta con mencionarlo. Se dice feminismo y cual palabra mágica, inmediatamente, nuestros interlocutores tuercen el gesto, muestran desagrado, se ponen a la defensiva o, directamente comienza la refriega”. (Feminismo para principiantes, 2013. Nuria Varela)
Pues así es y ha sido. ¿Las mujeres ganan un mundial? Sí, pero… ¿con qué nos vamos a quedar? con la refriega.
Todo está como siempre desvirtuado, donde ahora la jugadora, como siempre, está en el punto de mira. Que sí lo consintió, que no lo consintió, que ella le cogió en brazos, que fue un acto de euforia del momento…
También el acto de la grada, de un absoluto mal gusto, una persona que representa un cargo de importancia, donde va a ser visto por millones de personas a nivel mundial. Es cierto que el momento era de locura, de una euforia por la hazaña de estas jugadoras, las mejores del mundo pero debemos de admitir y analizar que muchísimos de los actos que hacemos todos y todas de manera inconsciente por nuestra educación patriarcal, son actos machistas y que supongo que cualquier sociedad que quiere avanzar tiene que ir cambiando y de eso va este artículo.
A través de los años las sociedades van cambiando, evolucionando a mejor, desechando lo que queda obsoleto sin ningún tipo de problema. Ejemplos simples: cómo nos hemos ido adaptando a las nuevas tecnologías, nadie se opone a llevar el móvil encima y llamar por teléfono y no tener que esperar a llegar a casa para llamar como antes; antes no existían los fines de semana como descanso semanal y también se aceptó… siempre mejorando las cosas.
Pero ¿por qué en el caso de conductas machistas que ya están obsoletas las cuestionamos tanto? Pensemos en nuestras hijas en el deporte, ganan la liga, torneos…, de nuestro pueblo y en un acto de euforia los cargos directivos, monitores…, las besan, estás en la grada y dices ¿y eso? tengo también un hijo y no veo que besen a los niños, es simplemente que no se debe hacer.
Son actos que deben tener por lo pronto una disculpa seria y contundente pero ya lo que “remata” la situación es que se arremete contra las ministras, que a la vez son las ministras que junto con los ministros han mirado hacia otro lado en denuncias contra un señor por más que dudosas gestiones de asuntos relacionados con su cargo, así nos va en este país, donde desde el minuto uno de dichas denuncias no lo cesaron de su cargo, pero eso es harina de otro costal, ahora se siente víctima del “falso feminismo”.