El 24 de octubre de 1975 las mujeres islandesas decidieron que estaban cansadas de sufrir desigualdades con respecto a sus compañeros y en lugar de ir a la oficina, dedicarse a las labores del hogar o a cuidar de sus hijxs, tomaron las calles de Islandia para manifestarse por la igualdad de género. Se paralizó el país por completo.
El 90% de las mujeres salió a las calles.
Bancos, fábricas y tiendas tuvieron que cerrar, al igual que escuelas y guarderías, dejando a muchos padres (a ellos) sin más remedio que llevar a sus hijxs al trabajo o a tener que quedarse en casa al cargo de los cuidados.
Desde entonces se conoce como «El Día Libre de las Mujeres» y cambió la percepción sobre las mujeres en este país y ayudó a situarlo a la vanguardia de la lucha feminista.
Hoy, 45 años después, miles de islandesas, entre ellas la primera ministra, Katrín Jakobsdóttir, primera ministra, han participado en la huelga y las manifestaciones convocadas por todo el país para condenar la brecha salarial que aún existe entre hombres y mujeres, así como la violencia de género. También se han sumado las ministras de justicia y de cultura.
Islandia está considerado como uno de los países más progresistas del mundo en mi materia de igualdad de género y ha encabezado el índice de menor brecha de género del Foro Económico Mundial durante 14 años consecutivos. Pero en algunas industrias y profesiones, las mujeres ganan al menos un 20% menos que los hombres islandeses, según Estadísticas de Islandia.
Además, el 40% de las mujeres islandesas sufre violencia de género y sexual a lo largo de su vida, según un estudio de la Universidad de Islandia.
Bajo el lema «¿Llamas a esto igualdad?» decenas de organizaciones, entre ellas los principales sindicatos, instaron a las mujeres a dejar el trabajo y no realizar ninguna actividad doméstica en todo el día.
La huelga ha tenido repercusión en los servicios públicos: los centros escolares, hospitales, bibliotecas y transportes… Es decir los trabajos de servicios, que están muy feminizados.
Las convocantes llamaron a los hombres a asumir durante esta jornada el trabajo no remunerado que a menudo recae en las mujeres.
«Esperamos que maridos, padres, hermanos y tíos asuman responsabilidades relacionadas con la familia y el hogar, por ejemplo: preparar el desayuno y el tupper para el almuerzo, recordar los cumpleaños de los seres queridos, comprar un regalo para la suegra, concertar una cita con el dentista para el niño, etc«, enumeraron.
En palabras de la ministra de Cultura, Lilja Afredsdottir. «Si tenemos en cuenta todo el planeta, llevaría 300 años lograr la igualdad de género«.