Este 25 de noviembre volvemos a las calles contra todas las violencias machistas y a gritar alto y claro “Que la vergüenza cambie de bando”.
40 mujeres han sido asesinadas en el Estado español en lo que llevamos de año,(no olvidamos las 5 asesinadas desde 25N 2023 al 31 diciembre 2023 que pasan desapercibidas en las estadisticas) y 1283 desde 2003, fecha en la que comienzan a contabilizar los asesinatos de mujeres. El número de menores huérfanos y huérfanas por violencia de género son 29 en lo que llevamos de año y 443 desde 2013; desde ese año a 2024, 63 han sido los y las menores asesinados por sus padres en casos de violencia de vicaria.
La violencia machista es una violencia estructural que tiene sus raíces en relaciones patriarcales arraigadas en profundas desigualdades. Una violencia que se da en todos los países y que se dirige a todas las mujeres. La violencia contra las mujeres tiene múltiples formas; la violencia sexual es una de las formas más significativas de la violencia contra las mujeres y muchos de los perpetradores gozan de total impunidad. En el mundo 150 millones de niñas menores de 18 años han sufrido agresiones sexuales, y en la Unión Europea una de cada tres mujeres ha sufrido agresiones o abusos sexuales desde los 15 años de edad.
Millones de mujeres son sometidas a mutilaciones genitales, obligadas a casarse, asesinadas, violadas y prostituidas, quemadas vivas o torturadas por el hecho de ser mujeres; usadas como vasijas para engendrar seres humanos previamente comprados. Sociedades machistas que penalizan también a las mujeres LGTBIQA+ por sus disidencias de la norma heterosexual patriarcal.
Esta violencia se agrava en países en conflicto bélico; el cuerpo de las mujeres se convierte en lugar estratégico para los fines de la guerra.
No podemos pasar por alto la violencia que se perpetra bajo la ocupación y el colonialismo. Denunciamos al ilegitimo Estado de Israel que está perpetrando un genocidio en Gaza donde mujeres y menores son asesinados diariamente ante el silencio internacional.
Avanzamos con la Ley Si es Si, con la Ley trans, con la Ley de Memoria Democrática. Unidas paramos los desahucios de nuestras vecinas, salimos a defender la paz y contra la guerra, salimos a la calle con las mujeres palestinas, saharauis, iraníes, salimos a defender los derechos de las mujeres migrantes para acabar con la violencia ejercida sobre ellas.
Desde Izquierda Unida creemos que el apoyo y atención a las víctimas es fundamental, por ello reclamamos que se aprovechen los fondos del Pacto de Estado para implantar una red de atención de proximidad potente que permita a las mujeres recibir los apoyos que necesitan.
Somos abolicionistas de la prostitución y por eso consideramos necesario que en nuestro país se trabaje en ese horizonte, ampliando los fondos destinados a las mujeres que deseen salir de esa situación de prostitución y fondos adicionales para la educación de la sociedad. Porque es necesario que se pongan en marcha en todas las provincias los centros 24 horas.
Salimos a la calle este 25N para recordar a los distintos gobiernos, central, autonómico y local, la urgente necesidad de poner en marcha una agenda feminista, porque el capitalismo depredador y especulativo impide el acceso a la vivienda, donde el 60% de los hogares de alquiler encabezados por mujeres se sitúa por debajo del umbral de la pobreza.
Seguimos luchando contra un sistema que perpetúa las desigualdades de clase y fomenta la violencia estructural contra las mujeres; mujeres trabajadoras, precarizadas y empobrecidas, que subsisten en condiciones de explotación. Seguimos luchando para que el feminismo sea una herramienta de transformación económica.
Seguimos demandando un sistema público-comunitario de cuidados que asuma el trabajo no pagado que hacen las mujeres en la familia, y que son un síntoma de los privilegios de los que se sirve el patriarcado para mantenerse.
Un año más saldremos a la calle para denunciar un sistema capitalista y patriarcal que no cuida la vida ni el planeta. Es necesario incorporar mujeres tanto al cambio de modelo productivo como el energético, así como disminuir la pobreza energética que incide en las mujeres.
Este 25N salimos a las calle a denunciar la violencia sexual que se ejerce sobre las mujeres y las niñas, violencia aceptada y normalizada por la sociedad. Los relatos masivos que las mujeres han hecho de sus experiencias dan idea de la envergadura y de la normalización de la violencia, del silencio y de las complicidades. Salimos a la calle a reclamar que se ponga el foco en los agresores y no en las víctimas.
En Izquierda Unida somos conscientes que el machismo es transversal y nos atraviesa también a las organizaciones de la izquierda transformadora, que también hemos formado parte de ese silencio colectivo y colaborador con los agresores. Que la violencia política es una manifestación de poder, basada en relaciones asimétricas que se dan dentro de las organizaciones, sabemos que la impunidad no se derrumba con un escándalo pasajero, que es una estrategia de fondo.
Como feministas sabemos muy bien que construir organizaciones y referencias políticas libres de machismo y patriarcado es la base para cambiar nuestro mundo.
Estamos convencidas de que la vergüenza cambiará de bando gracias a la lucha y al feminismo, por ello, este 25N frente a las violencias machistas gritamos con rabia feminista:
¡Que la vergüenza cambie de bando!