11 de octubre de 2023
Sabías que
- Casi 1 de cada 5 niñas no termina el primer ciclo de secundaria y casi 4 de cada 10 niñas no terminan el segundo ciclo de secundaria en la actualidad. Alrededor del 90% de las adolescentes y mujeres jóvenes no utilizan Internet en los países de renta baja, mientras que sus compañeros varones tienen el doble de probabilidades de conectarse.
- En todo el mundo, las niñas de entre 5 y 14 años dedican 160 millones de horas diarias más al trabajo doméstico y de cuidados no remunerado que los niños de la misma edad.
- Las adolescentes siguen representando 3 de cada 4 nuevas infecciones por VIH entre los adolescentes. Casi 1 de cada 4 adolescentes casadas o en pareja de entre 15 y 19 años ha sufrido violencia física o sexual por parte de su pareja al menos una vez en su vida.
- Antes de la pandemia COVID-19, 100 millones de niñas corrían el riesgo de contraer matrimonio infantil en los 10 años siguientes. Ahora, en el transcurso del próximo decenio, hasta 10 millones de niñas más en todo el mundo correrán el riesgo de casarse siendo niñas como consecuencia de la pandemia.
Nos encontramos en un momento en el que se están produciendo una serie de movimientos y acciones para recortar los derechos de las niñas y las mujeres y hacer retroceder los avances en materia de igualdad de género. Desde la atención sanitaria materna y el apoyo a la crianza de las madres adolescentes, hasta la formación digital y en destrezas para la vida; desde la educación sexual integral hasta los servicios de apoyo a las supervivientes y los programas de prevención de la violencia, existe una necesidad urgente de aumentar la atención y los recursos destinados a las áreas clave que permiten a las niñas hacer realidad sus derechos y aprovechar todo su potencial.
En 1995, en la Conferencia Mundial sobre la Mujer en Beijing, los países adoptaron por unanimidad la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing —el plan más progresista jamás realizado para promover los derechos no solo de las mujeres sino también de las niñas. La Declaración de Beijing es la primera en llamar específicamente a los derechos de las niñas.
El 19 de diciembre de 2011, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la Resolución 66/170 para declarar el 11 de octubre como Día Internacional de la Niña y reconocer los derechos de las mismas y los desafíos únicos a los que enfrentan en todo el mundo, así como promover su empoderamiento y el cumplimiento de sus derechos humanos.
Las adolescentes tienen derecho a una vida segura, educada y saludable, no sólo durante estos años críticos de formación, sino también a medida que maduran y se convierten en mujeres. Si reciben apoyo efectivo durante la adolescencia, las niñas tienen el potencial de cambiar el mundo, tanto como niñas empoderadas de hoy como trabajadoras, madres, emprendedoras, mentoras, jefas de hogar y líderes políticas del mañana. La inversión para ello pasa por la defensa de sus derechos en por de un futuro más equitativo y próspero, en el que la mitad de la humanidad sea un socio igualitario para resolver los problemas del cambio climático, los conflictos políticos, el crecimiento económico, la prevención de enfermedades y sostenibilidad global.
Las niñas están rompiendo los límites y las barreras que plantean los estereotipos y la exclusión, incluidos los dirigidos a los niños con discapacidad y los que viven en comunidades marginadas. Como emprendedoras, innovadoras e iniciadoras de movimientos globales, las niñas están creando un mundo que es relevante para ellas y las generaciones futuras.
La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y sus 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible ( ODS ) adoptados por los líderes mundiales en 2015, incorporan una hoja de ruta para que el progreso sea sostenible y no deje a nadie atrás.
Lograr la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer es parte integral de cada uno de los 17 objetivos. Sólo garantizando los derechos de las mujeres y las niñas en todos los objetivos llegaremos a la justicia y la inclusión, a economías que funcionen para todos y a mantener nuestro entorno compartido ahora y para las generaciones futuras.
Hagamos posible que las niñas sean las líderes, que sean parte del cambio; escuchémoslas, demos respuesta a sus peticiones y hagámoslas partícipes de los espacios de toma de decisiones.