12 de febrero de 2026
La mujer está obligada a tomar la libertad si no se la dan
Federica Montseny, nació en Madrid (12 de Febrero de 1905 en Toulouse) hija de anarquistas y editores catalanes, comenzó a escribir con solo quince años "Horas trágicas", en 1925 se editó su primera novela larga "La victoria".
Gracias a sus dotes de oradora alcanzó destacado protagonismo que la llevó con la CNT a una gira propagandística por Andalucía, luego por toda España... Su máximo protagonismo lo alcanzó en 1936, cuando intervino en el congreso de Zaragoza de la CNT.
En noviembre de 1936 fue nombrada ministra de Sanidad y Asistencia Social del gobierno de la República, su labor se vio limitada por los escasos 6 meses de su mandato.
Pero en ese corto espacio de tiempo planeó lugares de acogida para la infancia, comedores para embarazadas, liberatorios de prostitución donde se les ofrecía alojamiento y se les enseñaba un oficio, una lista de profesiones a ejercer por discapacitadxs y el primer proyecto de Ley del aborto en España, al que se opusieron otros ministros del gobierno.
Como otros miles de españoles, con el final de la Guerra Civil se hubo de exiliar a Francia donde fue perseguida por la policía nazi y franquista, que pidió su extradición, denegada por las autoridades francesas. Adoptó el nombre de Fanny Germain, bajo el cual siguió publicando artículos. Instalada en Toulouse siguió trabajando por sus ideas y dirigiendo periódicos anarquistas y pudo viajar a diferentes países para dar conferencias.
Con la llegada de la democracia en 1977 regresó a España y continuó su activismo en pro de la CNT.
Tras el fin de la dictadura franquista trató de compaginar su carrera política con su vida familiar en Toulouse donde vivían sus hijos y nietos. Murió a los 88 años en Toulouse tras una larga enfermedad.
Su legado perdura hoy en forma de 50 novelas y una treintena de publicaciones e revistas en las que defendió sus ideas. "El éxodo, pasión y muerte de los españoles en el exilio" y "Mis primeros cuarenta años" memorias no de una historia personal sino la memoria de una colectividad que no fueron los vencedores de la guerra.
Federica Montseny fue una mujer fiel a sus ideas, a la defensa del anarquismo y las clases trabajadoras y a su pasión por la escritura a lo largo de su vida.