La reciente declaración del Consejo de Ministros y Ministras en enero de 2020 por la que se reconoce la situación de emergencia climática y ambiental deja clara la necesidad de incluir con prioridad en las agendas políticas las actuaciones hacia un problema medioambiental que ya está mostrando sus consecuencias y que tendrá un impacto sin precedentes. No obstante, esta situación ya se venía avisando con anterioridad por la comunidad científica y las organizaciones ecologistas, que ponían el foco en la transformación de los modelos de desarrollo, es decir, en los procesos industriales y modelos de consumo, que, sustentados en un sistema capitalista expande la producción excesiva y globalizada acelerando con ello el deterioro de los recursos esenciales. Esto aunque pueda parecer ajeno tiene unas consecuencias que nos afectan directamente al incidir sobre recursos como el agua, el suelo fértil o la biodiversidad y que amenazan por tanto la calidad de vida y la salud de las personas. Son muchas las direcciones que pueden tomarse en las actuaciones para combatir el cambio climático, no obstante, situándonos a nivel local y tomando como referencia la medida número 22 de la Declaración del Consejo de Ministros y Ministras «avanzar en la circularidad de la economía en sectores y procesos económicos e industriales, y adoptar la Estrategia de Economía Circular y una Ley de Residuos que aborde, entre otras cuestiones, el problema de los plásticos de un solo uso, para alcanzar “residuo cero” en el horizonte 2050″ creemos prioritario un compromiso real con la economía circular y los procesos de reciclaje.
De acuerdo con esto, ponemos el foco sobre la gestión de los residuos a nivel local, para ello se destaca el Decreto 73/2012, de 20 de marzo, por el que se aprueba el Reglamento de Residuos de Andalucía, a través del cual se pone de relieve la importancia de los procesos de reciclaje y de valorización de los residuos municipales, es por ello que los municipios tienen la competencia en el servicio obligatorio, en cuanto a recogida, transporte y el tratamiento de los residuos domésticos; así como la recogida de los residuos peligrosos domésticos. No obstante, estas funciones solo se cumplen si se hace de una manera eficiente y real, no basta con la existencia de un punto limpio si no se realizan las labores de separación de una forma correcta, algo que se ha comprobado mediante visitas realizadas en días distintos en los meses de febrero, marzo y abril en este punto. De acuerdo con estas visitas no solo no se realizan de forma adecuada las labores propias de un punto limpio sino que es importante recordar que no se puede dedicar esta zona al tratamiento particular de residuos, mucho menos sacar beneficios de dichas instalaciones cumpliendo con la normativa actual.
Por otro lado, junto a las labores de recogida y catalogación se encuentra además atendiendo al artículo 120 de este decreto la función de los municipios de fomentar y concienciar el uso de las instalaciones entre la ciudadanía a través de programas de concienciación, campañas divulgativas y otras iniciativas similares, se trata de promover la participación social en estos procesos.
Por otro lado, atendiendo al Real Decreto 110/2015 sobre Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos, se establece en el punto b del apartado segundo del artículo 19 que las Entidades Locales pueden en el marco de sus competencias llevar a cabo la recogida de RAEE domésticos a través de sus instalaciones, en este caso la zona del punto limpio. No obstante para cumplir con esta función es importante cumplir una serie de medidas, puesto que son aparatos que contienen sustancias peligrosas por agotar la capa de ozono y poseer gases fluorados de efecto invernadero entre otros efectos contaminantes. El fin principal de este proceso de separación es conseguir el tratamiento adecuado para la reutilización de dicho aparato, cumpliendo así con uno de los elementos principales del proceso de reciclaje que es la reutilización, revalorizando los productos y alargando su vida útil, reduciendo por tanto la producción de residuos.
De acuerdo con lo expuesto este grupo considera importante tomar una serie de medidas con la intención de que las ya implantadas se cumplan correctamente y además se desarrollen otras que beneficien y mejoren las actuaciones tendentes a conseguir un aprovechamiento de recursos y por tanto una menor generación de residuos. Por ello se propone:
- Creación de un Mini punto limpio que sirva de apoyo central al actual punto limpio cuya ubicación esté próxima al centro del pueblo para facilitar el uso y la participación de la ciudadanía en los procesos de reciclaje. Se propone la zona de Flores.
- Control riguroso de la realización de los procesos de separación y catalogación de residuos. La situación actual se caracteriza por la falta de señalización en los diferentes carteles, los cuales están en un estado de deterioro que no permite ver ni diferenciar la clasificación de residuos, así como los residuos que son admitidos y cuáles no. Por ello:
- Aumentar el nivel de exposición de las diferentes indicaciones para el correcto uso por parte de la población.
- Dotar de diferentes cubas, cada una de ellas con un uso específico y no usar una única cuba para depositar todos los residuos.
- Elaboración de un libro de registro de residuos peligrosos y aceites usados, especificando tipo de residuos y tiempo de almacenamiento, cumpliendo así con la normativa vigente. Así como prevenir los riesgos producidos por la falta de acondicionamiento del espacio donde se deben conservar, como vertidos de residuos peligrosos, etc.
- Recogida de RAEE de acuerdo con la normativa sobre Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (Real Decreto 110/2015). Estableciendo una zona habilitada para la recogida de estos aparatos, con el registro adecuado de los mismos así como la entrega de justificante a quienes lo entreguen, primando la reutilización de estos aparatos, y en última ratio la eliminación segura.
- Fomentar la participación social en los procesos de reciclaje mediante programas de concienciación, divulgación e iniciativas similares que vayan más allá de la simple señalización en los puntos de recogida.
- Sacar la plaza vacante de la RPT asignada al punto limpio.
- Elaborar y desarrollar una ordenanza local de residuos aplicados a las características locales.