Entre el 16 y el 22 de septiembre se celebra la Semana Europea de la Movilidad. Es una campaña dirigida a sensibilizar, tanto a responsables políticos como a la ciudadanía, sobre las consecuencias negativas que tiene el uso irracional del coche en la ciudad, tanto para la salud pública como para el medio ambiente, y los beneficios del uso de modos de transporte más sostenibles como el transporte público, la bicicleta y los viajes a pie.
El tema elegido por la Comisión Europea para la campaña de este año es “Por una movilidad sin emisiones”. Esta temática refleja el ambicioso objetivo de alcanzar la neutralidad en las emisiones de carbón para el año 2050, recogido en el Pacto Verde Europeo. El tema también pretende resaltar la importancia de la accesibilidad a sistemas de transporte de cero emisiones y promover un sistema inclusivo para todas las personas.
Centrándonos en la movilidad de las personas, desde nuestro punto de vista, las administraciones públicas, para garantizar una adecuada movilidad de la ciudadanía, deben apostar, en primer lugar, por dotar a los territorios de un transporte público de calidad, y ya en segundo término, de las infraestructuras necesarias para un transporte privado también de la mejor calidad posible.
La movilidad en transporte público en la comarca del Guadalhorce la podemos analizar a dos niveles; entre las poblaciones de la propia comarca, y desde la comarca hacia el exterior.
Considerando el primer nivel, el de la movilidad entre las poblaciones de la comarca, el transporte público tiene una presencia muy limitada, de forma que el tren sólo tiene una línea, la C2, que comunica Álora, Pizarra y Estación de Cártama, mientras los autobuses, tienen más líneas, pero con una configuración que no facilita la movilidad entre determinadas poblaciones, como por ejemplo Coín o Monda con Pizarra, o con Álora. Además, tampoco la frecuencia, ni muchas veces los horarios, son adecuados para una movilidad mínimamente aceptable.
Si analizamos la movilidad hacia servicios esenciales como el Hospital Comarcal Valle del Guadalhorce, ya casi es para echarse a llorar; ni siquiera se ha previsto la posibilidad de llegar en tren cuando la distancia desde la estación/apeadero más cercana apenas supera 1 kilómetro. Tampoco es fácil llegar en autobús, especialmente desde toda la zona sur de la comarca, pues solo algunas de las líneas que pasan por Cártama tiene parada en el hospital, y llegar hasta Cártama, desde toda esta zona, no es ni fácil ni rápido.
Con respecto a la movilidad en transporte público entre la comarca y el exterior de la misma, tenemos también la opción del tren, con la línea C2, que nos comunica con Málaga, y podría continuar por el otro extremo de la línea para comunicarnos con la comarca de Antequera y desde allí hacia Ronda, Sevilla, Córdoba o Granada. En autobús la mayoría de las líneas se dirigen a Málaga ciudad. También hay comunicación con poblaciones de la Costa del Sol, como Mijas, Fuengirola y Marbella, desde la parte sur de la comarca, y hacia Ronda, Antequera, Sevilla, desde las poblaciones más cercanas a la A-357.
Con respecto a la movilidad hacia servicios esenciales como los hospitales de referencia o las consultas de especialidades médicas, fuera de la comarca, el acceso en tren-metro es relativamente bueno, aunque con frecuencias demasiado distanciadas; eso sí, desde las poblaciones por las que pasa la línea C2. Desde las poblaciones alejadas de la línea C2, la opción es el autobús, con frecuencias demasiado altas y trayectos muy largos debido al diseño de los recorridos. Tampoco es fácil hacer estos recorridos para personas con dificultades para la movilidad, pues prácticamente todos suponen algún transbordo y, lo que es peor, algún desplazamiento a pie.
A idénticas conclusiones llegamos cuando analizamos la movilidad hacia la Universidad o el Palacio de Justicia.
Desde IU Guadalhorce apostamos por un cambio de modelo que nos lleve hacia una movilidad más sostenible. Nuestra apuesta es por el tren en los recorridos de media y larga distancia, y la bicicleta y caminar para los recorridos más cortos. Para conseguirlo, planteamos unos objetivos a medio-largo plazo, y otros a corto plazo.
Empezando por el largo plazo, para que realmente sea el tren el que vertebre la movilidad en el Valle del Guadalhorce, además de mejorar el servicio de la línea C2, se debería implantar una segunda línea de cercanías en la comarca, que comunicara las poblaciones de Coín, Alhaurín el Grande y Alhaurín de la Torre con Málaga y, posiblemente con Marbella a través de Coín, Monda y Ojén.
En el medio plazo deberíamos apostar por la línea C2 del tren de cercanías, como la arteria fundamental de comunicación de las poblaciones de la comarca con Málaga, Antequera, Ronda, Sevilla… Para ello deberemos diseñar los recorridos de las líneas de autobuses para dirigirse a las estaciones más cercanas de la C2, así como proyectar aparcamientos seguros para coches y bicicletas en estas estaciones. El acceso a las paradas y apeaderos de la C2 deben ser cómodamente accesibles a píe y en bicicleta, con carriles bici y accesos peatonales desde las poblaciones más cercanas. Asimismo se debe solucionar el acceso desde la Estación de la Aljaima hasta el Hospital Comarcal (es poco más de 1 km. en línea recta). También es indispensable continuar la línea C2 hasta Antequera para comunicar ambas comarcas.
En el corto plazo necesitamos hacer una fuerte apuesta política por el tren, de modo que consigamos cambiar la tendencia predominante del uso del coche y la carretera que en estos momentos tenemos en la comarca. Para ello deberemos contar con incentivos económicos, en forma de abaratamiento de los viajes en tren; ampliación y mejora de los servicios, con unos mejores enlaces y tiempos con los hospitales, universidad, centro de especialidades médicas, aumento de las frecuencias hasta los 45 minutos, atención presencial y venta de billetes en las mayoría de las estaciones; y una campaña para concienciar a la ciudadanía de la necesidad del cambio hacia un modelo de movilidad más sostenible.