El sistema les dice a los hombres lo mismo que nos repite a nosotras constantemente sobre valores y acerca de «lo que está bien». Nosotras y ellos somos responsables de nuestro pensamiento crítico, de cuestionarnos las cosas y de actuar en nuestro día a día de manera consecuente.
A ellos les toca aprender para poder ser solidarios y deconstruirse. Y en eso les podemos acompañar, en ese proceso de ponerse las gafas moradas. Pero el resto es cosa suya, salir al mundo y alzar la voz en femenino, lo tendrán que hacer solos y en todos los ámbitos.
Es que como este libro dice: ellos no nacen machos, ni nosotras feministas. Nosotras el feminismo lo hemos ido apre(h)endiendo por el camino, de unas mujeres y otras. Y luego nos tiramos a las calles y a las plazas a compartir, a reivindicar.
Os recomendamos la lectura de este libro sobre las nuevas masculinidades.