Y a pesar de todo, nacieron las flores…
Contra viento y marea, sin lluvia de mayo,
crecieron yerbitas entre las lozetas,
de cable en cable, del nido al tejado,
aún vuelan golondrinas y entonan sus cantos,
el aire sopló con rabia y con fuerza,
huyendo las abejas, las mariposas de colores,
secando los campos, mermando las siembras…
La aurora convierte verdes en azules,
y rosas en malvas, al amanecer, al alba,
aunque un miedo oculto hace daño,
como una serpiente que se arrastra,
en otros paisajes de invisibles muros,
donde sus habitantes caminan sin pausa,
gente que echaron de sus hogares,
hacia ningún sitio, fuera del mapa,
con lágrimas inútiles, dolores y ultrajes…
En esta primavera seca y tarda,
en la soledad del alma y de la TIERRA,
bajo las temerosas pisadas de los humanos,
que gritan «PAZ EN EL MUNDO», unidas las manos,
contra plomos y bombas, contra la guerra negra…
Y a pesar de todo nacieron las flores…